19.6.13

El fúbol

Llevo catorce años acompañando a la selección juego tras juego, he gritado, saltado, llorado y rabiado.  Recuerdo cada lágrima, cada decepción juego tras juego, rara vez salía con una sonrisa y si había era dando gracias a Dios que no hubo lluvia de goles en contra.  Tuve la suerte de estar en el juego que nos clasificó a la hexagonal y se dieron los cuatro goles.  He visto como ha evolucionado el estadio, su afición y el equipo.

Por cada boleto comprado, por cada juego bajo el sol, la lluvia y la luna creo que tengo todo el derecho de quejarme y seguir exigiendo a mi DT y a los jugadores.  La hinchada no solo tiene la obligación de alentar, que por cierto muy poco esfuerzo le metemos, si no también de exigir resultados, de señalar y pedir explicaciones.  No es justo que nos tengan sumando y restando resultados y pensando en repechaje.

Mi bandera hace casi una década atrás era "no podemos exigirle a un equipo que debe ganarse la vida de otra manera que no sea jugando al fútbol". Recuerdo cuando teníamos a Solanilla, quién jugaba en la ANAPROF y además era profesor de informática, en esa época no podíamos pedirles nada, actualmente tenemos jugadores en México, Perú, Polonia y la MLS ya la mayoría no son guardias de seguridad que salen de su turno para ir a prácticar.

No es sólo exigirles a los jugadores que están afuera es exigirle a la LPF que se preocupe por una formación integral del jugador, aquí no sólo es que los pongan a patear balón y que coman 3 veces al día.  Hasta el sol de hoy no entiendo cómo no se tiene un psicólogo deportivo, pero claro si hay dinero para que vayan todos los manzanillos a verlos jugar y a hacer papeles.

El manejo de los patrocinios es DECEPCIONANTE, también forma parte del engranaje que juego tras juego me rompe el corazón.  No es justo que me tenga que dormir deprimida por un juego y no tenga derecho a exigir o quejarme cuando yo también soy parte del engranaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario