Sentada esperando una respuesta divina. Tan divina que me alivie la sosobra y la angustia.
A veces suelo pensar en cómo sería mi vida si tuviese un genio personal. Todo lo que haría por ustedes y por mi. Hay días en los que lo deseo más que otros. Estos días donde sería bueno chasquear los dedos y que las respuestas a nuestras dudas y soluciones a nuestros problemas fuesen dadas.
Pide y se te dará, qué quieres? Amor, salud, yate o viaje? Como dice el comercial: pídelo y te lo doy. Después de divagar mis tres deseos recuerdo que el genio de la lámpara no existe y que cada uno debe tomar todo su equipaje y la vida por los cachos y demostrarle quién manda.
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